lunes, 6 de abril de 2020

La Bordadora Valenciana. Fábrica de José María Settier en Burjassot



   Baltasar Settier Gobetto, procedente de Turín, tuvo su primer negocio en Valencia en el año 1819, en el que prosperó hasta instalar su propia fábrica y tienda en 1845 en la calle de San Vicente, iniciando la producción y venta de sombreros de paja al estilo italiano. Su evolución y prestigio fue en aumento, incorporando nuevos materiales y productos, hasta conseguir varios premios en distintas exposiciones.

   La familia continuó la labor en el gremio textil, y de esta forma su nieto José María Settier Ortiz junto a Francisco Vicent Montón, proyectan establecer una industria que debía ser innovadora a nivel nacional, el bordado mecánico. El lugar elegido, el término de Burjassot, como ocurrió con muchas industrias de finales del siglo XIX, que se desplazaron hasta poblaciones cercanas, ya que en la capital generaban problemas de contaminación acústica y ambiental.

   Tras la autorización por parte del ayuntamiento local, emprenden la construcción de la nave, en el nuevo Camino de Burjassot, a unos doscientos metros de la población, en el número nueve de la denominada calle de Valencia, que aunque no se ha podido confirmar, bien pudiera corresponder a la zona donde después estuvo la cementera.

   La fábrica es finalizada y puesta en servicio en noviembre de 1886, con un impacto industrial muy importante, ya que no existía en España este tipo de industria, por lo que había que recurrir a países como Bélgica, Suiza o Inglaterra, para la importación de los productos.



   Se trataba de la fabricación con telares mecánicos de bordados en blanco y de sedas de colores sobre distintos soportes textiles, y que tras varios procesos de acabado - blanqueo, adrezo, repaso, recorte y planchado- producían desde pequeñas tiras de medio centímetro hasta tejidos de un metro de longitud. Con materias como el hilo, la seda y el algodón se obtenían desde el modesto entredós hasta ricos bordados de sedas de colores para adornos de vestido.

   La calidad e innovación del producto le hizo estar presente en la Exposición Universal de Barcelona en 1888, donde expuso un variado catálogo de géneros producidos en la fábrica de Burjassot.
Catálogo de la Exposición Universal. Barcelona 1888

   Sin embargo, el 29 de enero de 1892, se inició un incendio a las cinco de la tarde en los almacenes de la fábrica, que tras una hora se controló y a las ocho y media estaba extinguido gracias a las dos bombas de la brigada de bomberos. No hubieron desgracias personales, pero los daños fueron importantes, y quizás fuera la causa de su desaparición, pues no se tienen noticias posteriores a esa fecha, más que el agradecimiento a la Sociedad Valenciana de Tranvías y al Ayuntamiento de Burjassot por su labor prestada en la extinción del incendio.

   El incendio definitivamente marcó su destino, pues en el mes de septiembre de ese mismo año, publicitaba una gran liquidación al cesar en la fabricación de tiras y entredoses.