domingo, 21 de julio de 2019

El Cáñamo, un cultivo tradicional en Burjassot

   El cáñamo textil o industrial -denominado científicamente Cannabis sativa sativa- es una planta herbácea conocida desde hace 3.000 años y extendida por todo el mundo. De su pulpa y fibra se ha obtenido papel, fibra textil -para cuerdas, velas de barco, redes de pesca, mallas, bolsas, alfombras, calzado y ropa-, y sus semillas -cañamones- son uno de los alimentos vegetales con mayor valor proteico[1].

Balsa, transporte y forma de secado
   En la primavera se sembraba en las tierras de regadío, y entre mediados y finales de julio se cosechaba mediante manojos, para posteriormente dejarlos secar unos trece días con la finalidad de extraer los cañamones. Una vez libre de la semilla, la planta se sumergía en balsas de agua, conectadas con alguna corriente de agua con el fin de limpiar la suciedad resultante de la fermentación del cáñamo. Esta labor podía tener una duración de 20-40 días en función de la temperatura ambiente.

Agramado
   Tras el fermentado, era sometido a un proceso de secado homogéneo durante 10 días y a continuación se realizaba al agramado, que consistía en romper la cubierta externa del cáñamo golpeando la planta con el fin de obtener la fibra vegetal. Luego se procedía a la limpieza del cáñamo mediante la técnica del rastrillado.
Rastrillado

   A lo largo del siglo XVIII y parte del XIX se produjo una gran expansión de su cultivo influenciado en gran medida por la demanda de la Marina española, tanto para la cordelería o jarcia como para los velámenes, en sustitución del esparto empleado con anterioridad[2]. La producción de cáñamo en España en 1750 estaba concentrada en Cataluña, Aragón y Valencia - en menor medida también en Murcia y Andalucía-. Concretamente para ese año en todo el Reino de Valencia se producían 926,57 toneladas de cáñamo[3]. Curiosamente el cáñamo de Valencia y Castellón alcanzaba un elevado precio muy por encima de la media nacional, debido a su gran calidad incomparable a la de otras procedencias, parece ser que debido a la mayor temperatura del agua en donde se tenían a remojo después de la siega[4].


   Sin embargo al llegar a mediados del XIX comienzan las dificultades en su comercialización, debidos a la reducción arancelaria que se produjo en 1865 y que favoreció la entrada de fibra extranjera y la aparición en el mercado español del yute indio que ofreció una fuerte competencia[5]. Si a esto unimos el desarrollo de la navegación a vapor, se puede comprender la disminución de la superficie de cultivo y la práctica desaparición de la fabricación de lienzos de cáñamo.


   En la zona valenciana, procedía casi de forma exclusiva de tres comarcas, la Plana de Castellón, la Huerta de Valencia y el Bajo Segura. En la huerta de Valencia anualmente se realizaba una cosecha de 59.500 arrobas (760 toneladas), y en la tabla que a continuación se muestra, puede observarse su distribución por términos[6]:



   La producción de cáñamo en Burjasot se realizaba en la zona de regadío, y suponía por tanto en el año 1777 un 8,40% del total de la huerta de Valencia, que de acuerdo a los cálculos establecidos en la época, estas 5.000 arrobas de cáñamo representaban una extensión cultivada de 1.248 hanegadas de terreno (1.037.088 metros cuadrados). Aunque como se ha comentado anteriormente, el siglo XIX supuso un descenso de la producción, y según los datos que aportamos en el artículo de la Agricultura en 1887, había descendido hasta 900 hanegadas.

   En términos generales, la mitad de la producción se dedicaba la exportación a otras regiones y el resto era utilizado en la producción local para lienzos, suelas de alpargatas, cuerdas, cordeles o trenzados, que bien pudieron representar los inicios de la industrialización en Burjassot.

  Después de todo lo expuesto, el cáñamo hay que considerarlo como un cultivo tradicional de los siglos XVIII y XIX en Burjasot, que estableció junto con otros productos del campo el paisaje agrario del término y proporcionó a la población unos importantes ingresos tanto en su cultivo, como en su manipulación y manufactura.


  Los condicionantes del siglo XIX llevaron al paulatino abandono de su producción, aunque las balsas del cáñamo tras dejar de utilizarse, aún permanecieron en la huerta incluso hasta los años 70 del siglo XX. Una de las últimas conocidas se ubicaba cerca del Molino de la Sal[7].

Herramientas para el cultivo del cáñamo del s. XVIII





Referencias utilizadas en superficie y peso:
1 cahizada=6 hanegadas=produce 24 arrobas de cáñamo





[1] Díaz Rojo, José Antonio. Las denominaciones del cáñamo: un problema terminológico y lexicográfico. Revista de lexicografía. Nº 10 2004
[2] Díaz Ordoñez, Manuel. El empleo del esparto en la cordelería naval española de la antigüedad hasta el siglo XVIII. Tiempos modernos. Revista electrónica de Historia Moderna. Vol 5 Nº 14. 2006
[3] Díaz Ordoñez, Manuel. El triunfo de la administración directa en el abastecimiento estratégico de jarcia y lona a la Real Armada Española. Obradoiro de Historia Moderna. Nº 26 2017
[4]  Cabero Diéguez, Valentín. El medio rural español: cultura, paisaje y naturaleza. Universidad de Salamanca. 1994
[5] Jordá Borrel, Rosa María. La industria en el desarrollo del área metropolitana de Valencia. Universitat de Valencia. 1986
[6] Memoria del señor don Antonio Palau, sobre la planta anthoxantum, o flor de flores, leída en Junta de 29 de abril de 1777Memorias de la Sociedad Económica de Madrid. Antonio de Sancha editor. Madrid. 1780
[7] Lopez García, Santiago. Arquitectura i ingenieria civil de caracter rural i agrari en el territorio de Burjassot i la seua area inmediata. Entitat cultural El Piló. Burjassot. 1994